Una vez instalados en Londres, nuestros continuos paseos nos llevaron por los lugares más característicos de la ciudad, buscando monumentos, museos, referencias, puntos recomendados por amigos, guias y recuerdos... Londres me parece una de las ciudades más callejeables que he visto nunca, con verdadero encanto para recorrer y que, sorprendentemente, resulta fácil de dominar en poco tiempo.
Aunque a veces, te apabullaban la cantidad de opciones interesantes que disfrutar:
Pese a todo, nos manejamos rápidamente por la ciudad y trazábamos intrépidos itinerarios sobre el mapa doblado a conveniencia: Hasta los lugares abandonados como
la City en un domingo tenían encanto especial.
Luego, las calles que van al reves nos llevaron a un recorrido por los teatros del West End (madre mia cuanto musical! Otro día cuento la experiencia), paseito por Chinatown (tentaciones chinescas y patos laqueados colgados como reclamo), el Soho (ahí el reclamo era más... explícito) y Leicester Square...
En este último lugar se produjeron
dos descubrimientos:
Uno fue mi incapacidad de pronunciar bien su puñetero nombre. Al parecer, es algo así como: "lestescuer". Yo me empeñaba en llamarla: "Leicestescuer". Ya ven. Menos mal que la Intrépida Periodista de Intrépidos Ojazos e Intrépido Acento Inglés me sacaba contínuamente del error. Pobrecita, lo que sufrió...
El otro descubimiento fue el de encontrar por toda la plaza gente con estas pancartas que se ven en la foto.
Yo pensaba: "Mira que enrollaos los peperos ingleses, que se dejan de slóganes y van directamente al fondo de su mensaje". Pero no, no era eso. Ni siquiera la Conferencia Episcopal Inglesa proponiendo una misa del Gallo especial primavera. Era que al parecer, allí se encontraban la mayoría de locales de Stand-Up comedy del reino. Y tal y como aquí te persiguen relaciones públicas por las calles del centro para regalarte un chupito de agua tintada, allí te proponen ir de chistes.
No fuimos a ninguno, pero me alegró saber que la comedia sigue teniendo tirón en Londres y no se esconde en pequeños ghetos, como en España. Y encima, la anunciaba una simpática muchacha y no un barbudo-melenudo con camiseta friki y gafitas. Que no está mal.
Paseos, tiendas, museos, calles estupendas, cabinas de teléfono, autobuses de dos pisos... ¡Todo Londres en estado puro!...
¿Todo?...
¡No!En una calle concurrida de Londres, de las principales del lugar: Oxford Street, un pequeño grupúsculo de especuladores horteras resistía el ataque del sentido común y la decencia y se hacía fuerte para humillar a cualquier español que pasara.
Sí, amigos. Allí también.
Y duele. No sabéis como... duele.
Puto Fabra.
Ah, sí:
Continuará!-¿Aún? - Sí, sí, aún queda...- Madre...Etiquetas: Londres, Personal, Viajes