Antes de acometer mi "London Calling IX" y el que será el último "London Calling X" (sí, sí, 5 días me han dado para diez posts, con 2... pisos, como los autobuses) voy a comentar las inevitables visitas a museos de la capital británica. Una delicia.
Comentarios, opiniones, crónicas y críticas en la vida de un ser humano que escribe. O algo así, que suene como interesante, si eso...
jueves, 31 de mayo de 2007
martes, 22 de mayo de 2007
Las Cosas de Palacio: London Calling VII
La visita "real" de la que hablaba en el anterior relato del viaje se completó con los palacios londinenses en si. Los que estaban en la ciudad.

Lo primero que sorprende al entrar es que... vale, hay una torre. Pero es como ir a la feria y llamarle "la olla loca", así, porque es lo que más mola y ya está. Porque ahí hay de todo: Torre, murallas, más torres, casas... Y todas, tienen su historia. O eso intentan sugerir.
Porque claro, la visita tiene su gracia pero te venden cosas muy rarunas. Por ejemplo, visitas a torres que están vacías y que, tras pasearlas por cuartos sin nada, tienen un panel con un vídeo para que te "imagines" lo que debía pasar allí. Y allí estás, en un cuarto vacío pequeño, de pie, viendo un vídeo de Laurence Olivier haciendo de Ricardo III. Y qué quereis que os diga, allí no te imaginas ni a Ricardo ni a su Kingdom ni al Horse. Pero bueno, por lo menos aprendes historietas.
Porque al final, lo más interesante de los castillos en este plan (el plan de: "no queda nada pero aquí iba una cama así como roja que...") es que te cuenten leyendas o historietas. Y en eso, este no defrauda. Si te esperas y coges un Beefeater (los guardianes de la torre, esos señores quasi-disfrazados, que cada X tiempo te hacen el recorrido turístico) te contarán varias. Pero si vas por tu cuenta, el castillo por si solo te cuenta, en concreto, tres leyendas o historietas:

Porque en 1674, durante unas obras de remodelación de la torre, aparecieron 2 esqueletillos de niños. O niñas. En unas escaleras. Se decidió que eran estos dos niños y se les hizo un entierro real. Y hale, una leyenda más que contar en el castillo.
Hay una sala en la que se puede votar y decidir quien mató a los niños. Dan 3 opciones: Ricardo III, Enrique VII (Su sucesor, el que le dió p'al pelo a Ricardo mientras pedía un caballo y que según dicen, podía haberlos matado para dar mala fama a Ricardo) o que los nenes habían desaparecido sin más. En fin, el juego era una tontería para ocupar una habitación, pero... ¿Y esto por qué no lo hacemos en España? ¡Molaría! Por ejemplo, en el Palacio Real:
¿Quien crees que fué el padre de Alfonso XII: a) El Rey Consorte Don Francisco de Asís, b) Enrique Puig Moltó, c) Francisco Serrano, d) Uno que pasaba por ahí, e) Una espora?...
La historia de los niños tiene su intríngulis, pero ya que estoy, recomiendo desde aquí seguir investigando en la interesante figura de Ricardo III y su leyenda. Sobretodo en la magistral obra de Shakespeare y ya puestos, en la también magistral obra de Al Pacino: Looking For Richard. Lean y veanla ya!
2- La de las mujeres de Enrique VIII: La más famosa: Ana Bolena, la segunda esposa (de seis) de
Enrique VIII, a la que este, cual reina de Corazones, mandó decapitar. Al parecer, era una práctica habitual del divertido señor, que también practicó con Catalina Howard (la quinta esposa, que tuvo otras 2 Catalinas más, el hombre). La táctica en su vida fue: Casarse, repudiar (por capricho y por no darle varón), anular, romper con la Iglesia Católica porque el Papa no anulaba, casarse con la otra, repudiar decapitando e inventándose acusaciones, volver a casarse con otra, quedar viudo, volver a casarse con otra, anularlo, volver a casarse con otra, repudiar decapitando, volver a casarse con otra... y morir. Un crack.

Según dice la leyenda, el fantasma de Ana Bolena aún se pasea con su cabeza bajo el brazo. Vamos, que al fantasma... ¡se le va la bolena! (du du dum, chasss!)

El personaje principal del rollo es Guy Fawkes, al que pillan con las manos en la pólvora y al que se recuerda cada 5 de noviembre en una bonita fiesta. No falta el típico humor inglés que dice que Guy ha sido la única persona que ha entrado en el Parlamento con intenciones verdaderas. Alan Moore lo utiliza y lo renueva en su obra "V de Vendetta", esa gran obra maestra. Lo que no entendí es por qué todo esto lo explicaban en la Torre de Londres. Supongo que era porque les sobraba un huevo de habitaciones vacías, porque vamos, el reventón era en el Parlamento.

Yo pensaba que le apasionaban por aquello de que ella es un poco... lo que llamo "Royal Friki" (le mola cotillear todo ese rollo de las vidas monárquicas de la antiguedad), pero no. Es que son impresionantes. ¡Unos pedracos! Madre... Yo no recuerdo haber visto unas iguales en todos los palacios y museos de nuestra piel de torete. De hecho, en una de ellas (el cetro) está el diamante más grande del mundo. Ahí es nada.


Y tras las visitas a las torres de Londres, la visita "Real" terminó, como no puede ser de otra manera, en el Palacio de Buckingham.

Gran foto en la que conseguí, creo, sacar el coche más feo
de Londres (y toda Inglaterra, seguro).
de Londres (y toda Inglaterra, seguro).
El sitio en sí no tiene mayor gracia que el morbo de decir: "A ver si la veo". Pero pese a que se encontraba dentro (ya saben, la banderita era la del escudo de familia) tampoco es que causara un interés especial. Eso sí, para no perder la costumbre, llegamos en pleno cambio de guardia. Pero poco más que ver allí.
Así que decidimos hacer... ¡el gilipollas! O por lo menos, yo lo acabé haciendo. Lo explico: Culo veo culo quiero, se nos ocurrió hacernos una foto en la puerta de Buckingham... pero saltando! He aquí una intrépida muestra:

Pero claro, no todo va a ser tan fácil. Como no, en mi caso, pillarme en el aire fue mucho más difícil. No se si por la ley de la gravedad o por qué. Ya les quito el chiste, por si lo querían. Pero... bueno, esto fué lo que pasó. Aunque parezca una secuencia de cine, entre foto y foto pasaban minutos. Lo juro:




Al final, tras un buen rato (observad como va desapareciendo la gente al fondo), ¡por fin lo conseguimos!

No se ni como no nos detuvieron...
Good Save The Queen. And The Intrepid Journalist, madre mía :P
Ah: Continuará...
.
Ah: Continuará...
.
lunes, 21 de mayo de 2007
Cumpleaños Ruvio!
Permitidme esta breve pausa en el relato londinense para felicitar a unas amigas majérrimas que estos dias celebran su primer añito en la blogosfera. Unas ruvias inteligentes que han demostrado por activa y por pasiva en estos 12 meses que su nombre está muy bien escogido.
Buen rollismo, ambientillo de amiguetes, links por doquier, coleguismo, simpatía, inteligencia y un idioma inteligible en sus primeros 2 minutos pero que luego se vuelve imprescindible en el día a día.
Un besote enorme a la República Dominicana por la suerte que tienen de ser retratados por estas muchachuelas de las terretas levantinas. Y un besote enorme a las ruvis y su comunidad de blogers locos. Mereceríais una serie de Hanna-Barbera, ¡por lo menos!
Si no las conocen aún, no dejen de entrar aquí para contagiarse del ruvismo creciente.
Si las conocen, pasen a felicitarles por su blog: "Las Ruvias no Semos Tontas"
Si no las conocen aún, no dejen de entrar aquí para contagiarse del ruvismo creciente.
Si las conocen, pasen a felicitarles por su blog: "Las Ruvias no Semos Tontas"
Desde aquí, enhorabuena por ese blog tan currado y cuidado y un regalo que vimos la intrépida periodista de intrépidos ojazos e intrépido pelillo rubio (aunque intente negarlo) y yo en el mercadillo de Candem (Londres). Era una camiseta entrañable que me recordó a vosotras.
¡Felicidades!

jueves, 17 de mayo de 2007
El Viaje "Real": London Calling (VI)
Si vas a Londres, una de las cosas con las que es inevitable darse de bruces es con la monarquía.


La Reina va por allí los fines de semana y en veranito, según se ve. Sí, los reyes también tienen su apartamento en la sierra. Y como fuimos un martes, la Reina no se encontraba en él. Se puede comprobar porque en la torre ondea la bandera de Gran Bretaña y no la del escudo familiar. Ya lo saben: Si van a una residencia real británica y ondea el escudo real, cuidado que Isabelita está cerca.


Pero lo más interesante del Castillo de Windsor se encontraba en el salón de la Orden de la Jarretera: El Salón de San Jorge. Uy ¿El salón de qué has dicho primero? De la Orden de la Jarretera. Vale. ¿Y qué narices es eso? Pues... ¡una liga! Y no, no es que hable de un salón donde guarden los trofeos de la Premier. No. Porque hablamos de una liga de las que se ponen en las piernas. Así que llegados a este punto de falsa tensión: ¿En qué consiste la Orden de la Jarretera?. Pues es genial, os lo explico:

Así que Eduardo III creó "La Orden de la Jarretera" en 1348. Una orden cuyo distintivo sería una liga con la inscripción de su frase y que llevarían los más allegados al Rey, con gran honor. Y ahí siguen: El monarca reinante (el gran maestre) y el Príncipe de Gales son siempre miembros, junto a otros 24 miembros y 26 caballeros o damas compañeros. Se reúnen el día de San Jorge y tienen sus nombres (han sido un porrón a lo largo de tantos años) inscritos en el Salón de San Jorge (que es donde la Reina celebra las comilonas), con sus escudos de armas. Allí están, ¡para defender al monarca en momentos de peligro si los hubiere!

¿Y a que no sabéis quien es un jarretero de tomo y lomo?... Pues sí, ¡Juancar! Juancar no sólo se echa a la carretera con la moto, si no que se echa a la jarretera con los Windsor. Qué crack. Me encantaría verle con la jarretera paseando por su yate. Pero mira, aquí está con su traje de loco de la Jarretera. Born to be king y ¡Born to be wild!
Eso sí, a la intrépida periodista se le iluminaron sus fantasiosos e intrépidos ojos cuando vio que "un tío" suyo figuraba en la lista. Vamos, lo que da de si un apellido. Pero mira, allí estaba escrito. Busquen si acaso, busquen...
Como no, en la visita nos ofrecieron un cambio de guardia típico londinense. Llegamos a las 11 que al parecer es la hora de la gran juerga militar: van un montón de señores tocando el tambor hasta un valiente soldado espera que le dejen moverse un poco (por Dios). Tras mil millones de paseitos de un lado a otro de 2 militares enseñando espadas y cosas, se cambia la guardia y se van. Media hora para todo esto.
Eso sí, a la intrépida periodista se le iluminaron sus fantasiosos e intrépidos ojos cuando vio que "un tío" suyo figuraba en la lista. Vamos, lo que da de si un apellido. Pero mira, allí estaba escrito. Busquen si acaso, busquen...

No pude resistirme a investigar el asunto más de cerca... pero no saqué ninguna conclusión mas que, flipantemente, se lo toman muy en serio. Luego veo al guardia civil con metralleta en la puerta de los cuarteles y claro, las comparaciones son odiosas.

Continuará...
- Qué pesadito está con london este Galahan ¿no?
- Yo casi que le diría que abriera otro blog.
- ¿Pero este no iba a hablar de guionismo y estas cosas?
- Eso dice, pero es un abuelo cebolleta, no puede evitarlo.
- En fin, la que nos espera.
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martes, 15 de mayo de 2007
A ti te encontré en la Calle: London Calling (V)
Una vez instalados en Londres, nuestros continuos paseos nos llevaron por los lugares más característicos de la ciudad, buscando monumentos, museos, referencias, puntos recomendados por amigos, guias y recuerdos... Londres me parece una de las ciudades más callejeables que he visto nunca, con verdadero encanto para recorrer y que, sorprendentemente, resulta fácil de dominar en poco tiempo.
jueves, 10 de mayo de 2007
Seaside Rendevouz: London Calling (IV)
Antes que nada y para tranquilidad de la gente, diré que el segundo hotel era normalito. Muy majos y atentos nos dieron una habitación en la que cabía una cama doble maja y todas esas cosas. Eso sí, pese a ser un 4º, la ventana era como la de un bajo, ahí arriba de la pared... pequeñita. Pero bueno, tenía un toque abuardillado que lo hacía entrañable. Y qué narices, después de dormir en el Petit Palé, cualquier cosa valía.
Pero antes conocer ese hotel, cuando todavía sobrevolaba por nuestras cabezas una noche en liliput, tuvimos toda una tarde para poner a prueba a nuestro calzado. ¡Y conocer Londres!
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