Hoy más que nunca, he tenido un sueño.
Escribir desde casa. Poder vivir donde quiera. Poder hacer mi trabajo a distancia...
He de decir que dentro de esa idea de "
escribir desde casa" se incluye la de, por fin, establecer eso, una casa. Un lugar. Estoy en Madrid por trabajo. Estoy de paso. No se hacia donde, si volveré de donde vine o si llegaré a otro lugar, todas las posibilidades son bienvenidas, incluso quedarme, pero en ellas he de incluir el saber cual es "mi casa". Ahora mismo, unas posibilidades cobran mucha más fuerza que otras, hay mucho más tirón hacia lados de ese abanico que se abre. Lugares, personas, deseos, preguntas, ganas de descubrir... todo influye. Todo fluye.
Pero claro, hay que ganarse el pan. Y yo el pan me lo gano con algo que me encanta, así que no pienso dejar de hacerlo y buscar otras maneras. Pienso que el trabajo que hago, como muchos que he hecho, podría hacerse desde casa, con las ventajas que da la tecnología actualmente. Y me encantaría que fuera así. Al fin y al cabo, recibiendo las pautas necesarias en una reunión semanal y en contacto directo telefónico o via mail (o servicios estilo messenger) podría funcionar muy bien la cosa.
Entiendo que el guión de ficción da esta oportunidad, de llevarse a casa el trabajo, pero también creo que en programas, puede ocurrir en ciertos casos. Y sería maravilloso.
Muchos dirán: "¿Qué pasa, que lo que haces no se puede hacer allí?". Y me duele responder siempre que "no". Esperando, eso sí, que en un futuro inmediato, pueda hacerse. Se van abriendo puertas, poco a poco. Y sí, suena como un martillo la voz que dice: "¿Y por qué no las intentas abrir tu un poco más?". Quizá sea cuestión de eso.
Cosas del desarraigo. Cosas de las necesidades. De echar de menos. Espero que en un futuro, pueda ser así... habrá que hacerse chaché. Al final, todo parece cuestión de eso.
Y sí, ya se que tiene desventajas y todo aquello, pero caray, hoy me ha dado por ahí.
Aunque no, ya me viene dando hace un tiempo.
Permitidme una canción:
Frontera - Jorge Drexler. Yo no sé de dónde soy,mi casa está en la frontera.Y las fronteras se mueven,como las banderas.
Mi patria es un rinconcito,el canto de una cigarra.Los dos primeros acordesque yo supe en la guitarra.Soy hijo de un forasteroy de una estrella del alba,y si hay amor, me dijeron,y si hay amor, me dijeron,toda distancia se salva.No tengo muchas verdades,prefiero no dar consejos.Cada cual por su camino,igual va a aprender de viejo.
Que el mundo está como estápor causa de las certezas.La guerra y la vanidadcomen en la misma mesa.Soy hijo de un desterradoy de una flor de la tierra,y de chico me enseñaronlas pocas cosas que sédel amor y de la guerra
Soy hijo de un forastero
y de una estrella del alba,
y si hay amor, me dijeron,
y si hay amor, me dijeron,
toda distancia se salva.