Sí, allí me
he ido a explorar y ver si entre el silencio de esas ancianas paredes, encontraba mi lugar de total concentración. Y más o menos.
Para los que no hayan ido nunca les diré que es el bonito edificio que linda con la Plaza de Colón, en Madrid. Esa que tiene una pequeña estatua de Colón apuntando hacia América (el pirulí que se ve en la foto de arriba) y una gigante bandera de España apuntando hacia la calle Génova. Esa.
El edificio tiene un montón de salas, cada una especializada en la consulta de un tipo de documentos distintos.
Yo me he dirigido al Salón General, que es el que tiene pupitres individualizados, para escribir con mi portátil. Y es que sí,
en la Biblio te dejan entrar con el portátil, ponen un enchufito para el cargador en cada pupitre (además de una luz agradable) y encima te regalan conexión WiFi a tutiplén.
Todo gratis.Al entrar por primera vez tienes que pasar unas pruebas, pero nada terrible: Escáner de seguridad, otro señor de seguridad que te dice que metas chaquetas y bolsas en unas consignas (gratuitas) y que sólo introduzcas el portátil (sin funda ni nada) y la libreta que ibas a llevar (eso sí, te dan una bolsa de plástico transparente para llevarlo por el recinto). Luego vas a por tu carné de lector, para el que vas a un mostrador de información que te da un papel, 20 folletos en los que pone lo mismo y una pegatina que pone: "Invitado". Y te invita a pasar a otro mostrador donde pone "Carné". Allí, asombrosamente, te hacen un carnet. Y te ponen otra pegatina donde pone: Lector. Al parecer, tanto de pegatinas como de carnés hay dos tipos: de
lector y de
investigador. Aunque evidentemente molaba mucho más el segundo, me conformé con el primero, escribí la ficha para solicitarlo... y me hicieron el
carné. Con foto. ¿Y qué foto? Pues... esta foto.
Sí, no me miréis así. No ha sido un fallo de mi cámara, que lo ha sacado borroso. No. Ellos me lo hicieron ASÍ. Bueno, ellos no, más bien ella. Una señora parecida a Mª Antonia Iglesias (esa señora que a su vez se parece a la viejecita de Poltergeist y que suele salir en mesas de tertulia política) que
me apuntaba con (os lo juro) la webcam de un ordenador, en una sala absolutamente a oscuras. ¿Qué pretenden que aparezca en la foto? No sé, pero como no fuera un extraterrestre de Cocoon, creo que jamás habría salido con suficiente luz como para verme los ojos.
Tras el carné que me identificaría allá por donde fuera (a mi y a Charles Manson) me disponía a conquistar la casa de la cultura de nuestro país...
Tras unas salas con cuadros, llegué al Salón General, elegí pupitre al lado de un lugar con el nombre de "Nebrija" puesto en la pared y me senté. Observé la cúpula de la sala, con la enorme cristalera. Observé la altura del edificio. Disfruté el silencio y el respeto que se respiraba. Intenté cotillear los escudos que, pintados en el techo, nos miraban. Intenté cotillear sobre las consultas de los demás compañeros... y escribí. O lo intenté. Un montón de horas.
Allí, rodeado de señores con gafitas y mujeres con gafitas y falda. De ancianos que parecían no ducharse mucho (fragancias que dejan huella...) pero que leían a Larra o a Tirso. De gente con portátiles que tenía el messenger puesto y me ayudaban a superar los complejos de culpa por tenerlo yo también, juju.
Cabe decir que en la Biblioteca hay muchas más cosas que hacer:
Puedes ir a la sala de revistas y periódicos a ver cualquier cosa que se haya publicado en el país de esos formatos, puedes pedir cualquier libro publicado en España desde 1971 (como Lector. Los investigadores creo que pueden los de antes también, pero pidiéndolos muy por favor y sonriendo en la foto más)
y puedes visitar salas más emocionantes como la Cervantes y robarte unos Ptolomeos, para salir por la tele. Pero yo me dediqué sólo a sacarme mi carné de Lector, escribir y estar en paz.
Eso sí, no sé qué clase de lector soy. Me he pasado por el trasero un DVD pero nada, no lo reconozco. Igual soy sólo un lector de MP3 y yo flipando... En fin, revisaré mis drivers.
Mañana, más. Espero que en el mismo pupitre. ¡No me gusta cambiar de sitio! (Los que me conocéis ya lo sabéis, ¡me bloquea!). ¿A que es paradójico? Allí estaré.
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