jueves, 16 de noviembre de 2006

Arrete!

Llevo un buen tiempo sin escribir, es cierto, y lo siento. Pero tengo buena excusa: he estado un poco entretenido viajando y pasando unos días geniales en... París. Cosa del low-costismo que asola nuestros aeropuertos. Y de la alegría de vivir, para qué engañarnos.

El tema personal lo voy a obviar, que no os interesa (cotillas) y voy a centrarme en el tema a comentar: Un descubrimiento que hicimos allí, entre las múltiples atracciones de una ciudad tan preciosa. Un descubrimiento dirigido por las inquietudes morbosas y curiosas que afloraron al ver en una guía, en el apartado de "París curiosa", un apartadillo donde ponía: "Catacumbas de París".

¿Catacumbas? ¿Pero esas no están en Roma? ¿Aquí también? ¿Pero... con cristianos perseguidos y pececitos pintados por todas partes? ¿Qué había en esas catacumbas? Miramos la guía. Más o menos explicaba (con esa manera tan peculiar que tienen las guias de hacerlo) que eran antiguas canteras de París, extraoficiales, que cubiertas, formaban pasillos. Y que aprovechándolas, era dónde se habían depositado restos mortales provinientes de cementerios a los que París había engullido en su crecimiento urbano. Vamos, un rollito tipo "Poltergeist", por los antiguos cementerios re-utilizados como zona edificable; pero a diferencia de la película, se llevaron de allí los cuerpos antes de poner la piscina. Un depósito para hacer hueco a una capital de Estado-Nación que creía exponencialmente, utilizando esos huecos bajo tierra. Así que eran unas catacumbas, con osario.

Llegamos al lugar. Como no, había cola. Sólo 100 personas por visita. Avisan de las "impresionantes imágenes que pueden herir la sensibilidad..." Bah, lo de siempre, Anthony Blake dice también esas tonterías antes de hacer sus trucos. Así que bajamos y bajamos por escaleras de caracol interminables buscando oscuros secretos. Y encontramos pasillos estrechos, arreglados hace un par de siglos, con marcas en el techo pintadas para que no se perdieran los visitantes nocturnos de la época... Porque sí, en esa época, a la gente ya le daba gusto bajar allí a ver a los muertos. O vaya usted a saber.

Así que nos encontramos, tras metros de galerías húmedas, con las puertas de... las puertas de... Vamos, las puertas. Y un mensaje que haría palidecer hasta al propio Profesor Jones:

¿Qué nos esperaba dentro? ¿Cuerpos descompuestos? ¿Acumulación de cadáveres? ¿Un cementerio subterraneo?... Pues no, nos encontramos con que, años después de llevar los restos de los muertos, a un señor encargado se le ocurrió que ya que había tanto hueso y ya que iban a bajar a visitarlos, lo mejor sería dejarlos bien monos. ¿Y qué mejor que jugar a los legos con los huesos y calaveras? Manos a la obra: masilla y a juntar craneo con craneo (previlegiados, seguro) y femur con femur. Como si de un merengue pachanguero-macabro se tratara.

Me imagino al currito al que le tocó comerse el encargo. ¿Aguantaría? ¿Lo terminaría el mismo que empezó? Es que son muuuuchas galerías... En caso de que no, me imagino al segundo currito que llegara:
- Uy, ¿pero esto quién se lo ha hecho? Madremía, pos no ha juntao el femur con el cúbito, menudo desastre... voy a tener que levantar to esto y metele mano a esa fila...
En fin, no sería así, seguro, porque vista la obra, se nota que hablamos de artistas. Por lo menos, el que lo encargó, lo era. Un artista de miedo, vaya.

Porque igual te los ponían haciendo una cruz, que haciendo una linea que, lo más humillante... ¡haciendo una forma de corazón! ¡Juro que estaba esa figura!

Imagínense lo duro que puede ser saberte, para la eternidad, formando con tu sonrisa eterna un ridículo corazón en las catacumbas de París. O formando una cruz, da igual. Imagínense tremendamente ateos, para que siglos después llegue un señor y te ponga formando con tu calva resultante, ¡un altarcito!.



Realmente, esto es una humillación post-mortem.

Sin duda, algún día, toda esa gente ahí colocada como si de cabecitas de osos Mitrofan en La Zarzuela se trataran, se va a rebotar... ¡que muchos son protagonistas de la Revolución, por favor! Mon dieu.

Yo no dejaba de temer, durante toda la visita, que me fuera a tocar pelearme en plan "Furia de Titanes" con esqueletos cabreados, en un cutre-homenaje a Harryhaussen, pero al final, gracias a dios, no hubo necesidad ninguna. Y no sería porque alguien que yo me se no se dedicara a invocar a los muertos para que reclamaran venganza, no...

Uno ve todo estoy piensa que, al final, van a tener razón los Monty Python (siempre la tienen!) con su famosa canción de "Always look on the bright side of life". Porque el lado oscuro, aquí abajo... mejor no mirarlo mucho. Les dejo la canción y abajo el extracto más sincero.

Life's a piece of shit
When you look at it
Life's a laugh and death's a joke, it's true.

You'll see it's all a show

Keep 'em laughing as you go

Just remembe
r that the last laugh is on you.

Si van por París y les da la curiosidad (y el tiempo), no dejen de visitarla. Se recomienda paciencia, disfrute de los detalles, dosis de cachondeo y visitarlas en compañía tan agradable como la mía, para compensar el mal rollito y convertirlo en un recuerdo divertido.

Hasta que llame a mi casa un craneo cabreado hablando francés, claro. Arrete!!

18 comentarios:

Pep dijo...

No, si todo muy bonito... pero los cotillas queremos saber el tema personal!!! ;-)

Anónimo dijo...

¿Me dejáis añadir un dato macabro?

Imaginad la escena...

Durante más de un año procesiones de carruajes cruzan la ciudad amparados en la oscuridad. Van cubiertos de paños negros y tras ellos un sacerdote murmura oraciones por lo bajo. Miles y miles de carruajes repletos de cadáveres putrefactos, huesos polvorientos y calaveras de risa eterna atraviesan París mientras los ciudadanos se santiguan tras las ventanas...

Y los restos llegan a las viejas canteras y allí los esconden de la mirada de los cristianos de bien.

Y allí aguardan.

En ese escenario morboso y decadente ha sucedido de todo. Ritos siniestros, actos de satanismo o misas negras. Es uno de los motivos por los que han cerrado al público la mayoría de las galerías. Hay más de 300 kilómetros y ahora sólo permiten visitar poco más de un kilómetro.

Podéis imaginar toda clase de escenas horribles.

Ocurrieron en realidad.

Galahan dijo...

Anda! Es como si empezara una de las Historias de la Cripta! :D

Aunque me ha venido a la cabeza la imagen de... "Traigan sus muertooooos".

Gracias por tu intervención, Tema Personal :)

Anónimo dijo...

Lo mínimo que puede hacer un muerto decente cuando utilizan tus restos para horteradas semejantes es levantarse de la tumba y clamar venganza.

Vamos digo yo. Que al primero que toque mi calavera le monto un pollo que riete tú de Caroline y compañía.

Anónimo dijo...

Muy cierto. No hay nada peor que un muerto hortera. El ejército de las tinieblas debería levantarse por una cuestión de puro buen gusto.

Clarita dijo...

sin duda cuando vuelva a París no dejaré de visitarlas.Supongo que no hay nada peor que ir con la idea "romántica" de lo que podrían ser las catacumbas y encontrarte de pronto con un mosaico extraño de cráneos y fémures haciendo toda clase de figuritas.

El Autor dijo...

¡¿Con forma de corazón?!

¿No será que allá cualquier cosa se te antojaba un corazón?

-Mira, una nube.
-Es un corazón
-Y allí dos perros peleando.
-Con forma de corazón.
-Y en este tunel hay calaveras centenarias de gente muerta de peste.
-Y hacen la forma... del corazón.

Joder. Que vale que París sea una ciudad romántica pero...

En fin.
¿Dónde están los tumularios cuando se les necesita?

Galahan dijo...

-Mira lo que he sacado del cuerpo de Dani con una cuchara!
-Tiene forma de corazón!
-Es que és su corazón...

:-D

Jaja, que perraco eres!
Y sí, la verdad es que daba mucho yuyu tumulario, el lugar.

Anónimo dijo...

Soy testigo.

En una de las paredes los cráneos tienen forma de corazón.

Arrete!

Galahan dijo...

Si pensara menos con la cabeza... menos con el corazón...

Arrete!

Anónimo dijo...

A mi todo lo que sea reciclaje me parece la mar de oportuno, aunque sea para hacer corazoncitos, lacitos y demás monadas :))) :PP

Bienvenida dijo...

Pues cuando estuve no se me ocurrió. Me fui a la Sainte Chapelle, mucho más romántico, dónde va a parar... Ahora tengo que volver a respirar ese "aquí huele a muerto- pero yo no he sido"!! El merengue ése de femur con femur deberías popularizarlo y hacer un duelo de bailes con Vicentín... "El paso del parisino muerto" se podría llamar.

Cotu dijo...

caray mira uqe está chulo Paris como para transformalo en algo tan tétrico. Para mi Parás sería un viaje mas alegre

Anónimo dijo...

Querías un regalo, y yo derramé encantado, con un grito entre tus tetas aquel collar de perlas y en ese instante el mundo terminó.

Arrete!

A mi me parece que el viaje debió tener mucho más que catacumbas... ¿qué nos ocultas Galahan? ;-) Cuenta, cuenta...

Anónimo dijo...

Para romántico una buhardilla con vistas al Sacre Cour, una cama grande y todo el tiempo del mundo por delante....

Y collares de perlas también, claro.

Ays (suspiro)...

Galahan dijo...

:-0

Mon dieu!

Anónimo dijo...

Qué cosa más sórdida. No sé yo si me pasaría por ahí en mi próxima visita a París. En Palermo molaban más las catacumbas porque los muertos aún tenían la piel pegada y estaban un poco momificados, pero sin envolver. Me recordaban a un profesor mío de la facultad. Je, je.

Unknown dijo...

Tuve la suerte de recorrer las catacumbas parisinas sin apenas gente, en invierno.

Como pequeño detalle, aportar que fueron utilizadas (junto a la red de cloacas) por la resistencia francesa durante la ocupación nazi para ocultarse de las patrullas.