Los envidio.
Los envidio.
Los envidio!!
Envidio muchísimo a esa gente que, precavida, siempre va por ahí con un cuadernillo, una libretita o una grabadora, para apuntar las ideas que se le van ocurriendo allá donde esté.
Es insoportable el número de ocasiones en el que, haciendo cualquier cosa, se me ocurren ideas que (en ese momento) creo que podrían funcionar pero que no apunto pensando que luego me acordaré de ellas. Historias, argumentos, diálogos, frases, chistes, gags, monólogos... ¡de todo! Y todas ellas geniales, porque al perderse, se mitifican en el limbo de las ocurrencias perdidas.
Por lo menos, me he acostumbrado a salir a la calle la mayoría de las veces con mi cámara de fotos, para intentar pillar todo lo que me llama la atención. Aunque al final, no ocurra siempre, por aquello de la vergüenza y el fijarme en cuestiones que pueden parecer extrañas...
Más de una vez me he propuesto
apuntar mis ideas en un cuadernillo, pero nunca encontré uno que se adaptara a mis necesidades, que me diera la rapidez de apuntar ideas en un continente que no me molestara y pudiera llevarlo sin problemas. Últimamente he oído hablar de los
Moleskine, esos cuadernos tan... cool. Y cómo no, he pensado que uno podría ser la solución, además de aportar ese "toque" tan interesante. Quien sabe... A ella le funciona.
Pero ya lo he intentado con otros recipientes y no he conseguido nada.
Aunque igual me pasa como con los listines, que nunca completo con los teléfonos del movil.
O como con las agendas, que nunca uso para apuntar los datos y fechas que recordar.
O como con mi propia cabeza, que nunca se qué narices había apuntado!
Eso sí, este puente me ha servido para tomar notas, muy interesantes, sobre ideas, planes, sueños y ocurrencias geniales que quiero ir desarrollando en los próximos días, meses, quien sabe si años, quien sabe hasta cuando. Pero son unos cuentos preciosos. Algún día los escribiré en un cuadernillo, pero no para que no se me olvide vivirlos, si no para recordarlos. Estoy seguro.