lunes, 16 de octubre de 2006

Eureka!

Los envidio.
Los envidio.
Los envidio!!

Envidio muchísimo a esa gente que, precavida, siempre va por ahí con un cuadernillo, una libretita o una grabadora, para apuntar las ideas que se le van ocurriendo allá donde esté.
Es insoportable el número de ocasiones en el que, haciendo cualquier cosa, se me ocurren ideas que (en ese momento) creo que podrían funcionar pero que no apunto pensando que luego me acordaré de ellas. Historias, argumentos, diálogos, frases, chistes, gags, monólogos... ¡de todo! Y todas ellas geniales, porque al perderse, se mitifican en el limbo de las ocurrencias perdidas.

Por lo menos, me he acostumbrado a salir a la calle la mayoría de las veces con mi cámara de fotos, para intentar pillar todo lo que me llama la atención. Aunque al final, no ocurra siempre, por aquello de la vergüenza y el fijarme en cuestiones que pueden parecer extrañas...

Más de una vez me he propuesto apuntar mis ideas en un cuadernillo, pero nunca encontré uno que se adaptara a mis necesidades, que me diera la rapidez de apuntar ideas en un continente que no me molestara y pudiera llevarlo sin problemas. Últimamente he oído hablar de los Moleskine, esos cuadernos tan... cool. Y cómo no, he pensado que uno podría ser la solución, además de aportar ese "toque" tan interesante. Quien sabe... A ella le funciona.

Pero ya lo he intentado con otros recipientes y no he conseguido nada.
Aunque igual me pasa como con los listines, que nunca completo con los teléfonos del movil.
O como con las agendas, que nunca uso para apuntar los datos y fechas que recordar.

O como con mi propia cabeza, que nunca se qué narices había apuntado!

Eso sí, este puente me ha servido para tomar notas, muy interesantes, sobre ideas, planes, sueños y ocurrencias geniales que quiero ir desarrollando en los próximos días, meses, quien sabe si años, quien sabe hasta cuando. Pero son unos cuentos preciosos. Algún día los escribiré en un cuadernillo, pero no para que no se me olvide vivirlos, si no para recordarlos. Estoy seguro.



7 comentarios:

El Autor dijo...

Merece la pena.

Yo me compré un cuaderno y apunté muchas ideas, algunas casi ilegibles porque surgian mientras estaba de pie dando bandazos en el metro. Pero luego las releo y... ¡Anda! Es como si me contase a mi mismo un chiste.

Debería volver a hacerlo. Supongo que, ahora que viene el frio, será más llevable.

Anónimo dijo...

Desengáñate, Toni, si no recuerdas alguna idea es que no merecía la pena. Las ideas buenas de verdad se te clavan como la dentadura de una ladilla y no te dejan en paz hasta que las llevas al papel. Bueno, o eso, o que tu problemilla de Alzheimer va a más.

Unknown dijo...

Daniel s., los moleskine son geniales. Sí ,ya sé que son pijos y que según donde lo habrás te van a mirar mal pero son realmente muy prácticos. Con su gomita, con su bolsillito...pero sobretodo con su anchura. Pruebalós.

Vic, esa pose esta bien para los genios. Pero hay buenas ideas que necesitan un tiempo de gestación e incluso interactuar con otras. De los esbozos o semillas pueden salir cosas buenas.

Galahan dijo...

Ey, mola! Un comentario sobre comentarios!
Es decir, que comenta los comentarios pero no el post... nada, nada, está visto que lo mejor de este bar:sus clientes. Anda que me tendré que comprar un azulejo y todo dónde ponga eso, como en los bares de raza.
Bienvenido, Doctor, tome asiento!

Unknown dijo...

Perdona galahan, me confundí, la recomendación del moleskine era par tí!
Un saludo.

P.D:Las drogas, ya se sabe, que son "mu" malas.

Galahan dijo...

Ah, pues gracias, jeje!
Sí, habrá que hacerse con un Moleskine, para ganar puntos cool!
:P

Anónimo dijo...

Esto de la libretilla es como los paraguas o algún otro tipo de objeto que sólo es útil a veces. Lo que suele ocurrir (al menos a mí) es que puedes cargar con la libreta un montón de días y nunca se te ocurre o escuchas o ves ninguna idea que merezca la pena ser escrita. Pero justo el día que vacías el bolso y quieres llevar menos peso o que te la olvidas en casa, ese día tienes la necesidad de apuntar un montón de cosas.

La verdad es que con llevar un boli más o menos basta, porque siempre puedes encontrar una servilleta de bar o una octavilla publicitaria en un limpiaparabrisas de un coche en la que apuntar lo que sea y guardarlo.

Pero si lo apuntas en la servilleta, se repetirá la historia anterior. Los kleenex son una cosa que puedes llevar encima un montón de días y no hacerte falta. Pero justo el día que estás mocosa/o se te habrán olvidado y, sin darte cuenta, te limpiarás con ese papelito en el que has apuntado tu mejor idea. Y ahí se irá, por el váter, como tantas otras buenas cosas.