Este fin de semana he estado en una boda. Era una boda por la Iglesia, así que ya sabéis más o menos en que consisten esas cosas: Te vistes muy bien, vas a la Iglesia, ellas se miran a ver que llevan, se casan y después todo el mundo mira la hora para ver cuanto falta hasta el convite.
Bien, en este caso faltaban 4 horas, así que se hizo eterno aguantar el nudo de la corbata. Aun así, lo logramos.
Tras este duro envite, tuvimos que desplazarnos hasta un lugar en las afueras de Madrid (ah, sí, la boda era en Madrid) que estaba especializado en banquetes y demás, con varios salones y pequeños jardincillos para tomar algo antes de cenar. El problema es que tras la espera de 4 horas, la gente (sobretodo yo) se lanzaba con una desesperación hacia los canapés nada consecuente con esos simples conjuntos de pan bimbo recortado con jamón o queso. Las bebidas también caían a pares.
""Acción Mutante, una de las bodas más... fantaseadas para mi. Aires de fiestaaaaa, los chicos y chicaaaaas...""
Y después ya pasamos al salón, con mesas corridas, donde frente a una pila de platos, nos disponíamos a comer ese maravilloso menú de boda típico: Mucha cantidad sin necesidad de vigilar la calidad. Es decir: Mariscadas inmensas, piernas de cordero rebosantes, salmón y demás, pescados, sobetes, tartas, todo muchísimo pero tampoco... excesivamente suculento. Y es que yo no se cómo funcionan estos lugares pero dando de comer a taaanta gente no te puede salir todo bien ni de casualidad. Y lo peor, los camareros están ya más que hartos con la paliza de día que les llevan.
Pero los verdaderos heroes de la noche no son los novios, como se cree, o la familia, o el tío gracioso del pueblo... no... los heroes son ¡los músicos! Una raza de valientes que ameniza las bodas desde 2 modalidades. Voy a describirlas con mi experiencia.
a) Grúpo de músicos: Suelen ser 1 señor ya con barriga que toca un teclado, otro con una batería o una guitarra a lo sumo (este segundo es muy muy opcional) y una chica que canta. Puede ser un chico, en el peor de los casos. El que toca el teclado hace lo que puede para, él solito, emular todos los cutre-arreglos musicales del disco de turno de Bisbal o Chayanne. La cantante también hace lo que puede, sobretodo en temas en inglés, mis preferidos. En ellos se pasa de "We Will Rock You" a "Ui bor ra yu" como he escuchado alguna vez. Lo malo de las orquestillas es que uno no puede memorizarse tantas canciones como para contentar al variado espectro generacional que asiste a una boda y acaba inclinándose por rescatar viejas glorias como "Chica Ye-Ye" o "Esta noche hay una Fiesta" y ya se sienten modernos rebeldes con "La Lambada". Para disimular, un par de Bisbal (del primer disco), una de Ricky Martin y "La Bomba" y "El Venado" para las 2 de la mañana cuando sólo quedan borrachos.
En las bodas de mis 3 hermanas hemos tenido suerte dispar. La primera disfrutó de 2 abueletes majísimos, uno al teclado y el puro (no lo soltó en toda la tarde) y otro a la batería y voz. Los tios se las sabían todas, eran unos fieras. Ambiente entrañable.
La segunda disfrutó del "Duo Felipe II", teclado y batería eléctrica, que respondían a ese nombre graciosísimo por aquello de ser 2 y llamarse Felipe. Una risa. Cumplió.
La tercera contrató a una pareja (teclado él y voz ella) que creo recordar se llamaba "Duo Sensaciones" o algo así. Sensaciones no se si proporcionó pero responde al prototipo habitual (El Venao y demás). Además tuvieron la valiente propuesta de, en vez de abrir el baile con un Vals para los novios, hacerlo con un... ¡Pasodoble! ¡Ahí estamos! Si te metes, que sea de cabeza.
""Esto me recuerda a mis tias cantando la de la "chica Ye-Ye", algo que me perseguirá siempre...""
b) El Disc-Jokey: Un tipo con pinta de aburrido, generalmente alguien que JAMÁS habrías pensado que sabe poner 1 CD y que suene, acompañado de una caja. Ese hombre es un disc-Jockey que normalmente amenizará no sólo la post-cena si no la misma cena, poniendo música a un volumen tal que te ayude a obviar la conversación de esos con los que te han sentado en la mesa. En la última en la que estuve, el muy criminal durante la cena nos puso uno de esos discos espantosos de los indios peruanos con flauta de pan. ARG!! Un horror que no había quien lo soportara. Después suelen pinchar una mezcla sin piedad pasando alegremente de una jota o un pasodoble a King África o el bailecito de moda. Desde luego no se caracterizan por sus "mezclas" ni por la personalidad de su actuación. Son funcionarios del disco, normalmente.
Le más divertido de las bodas es que, al final, a nadie le importa qué suena, cuando o como, da igual, sale al centro de la pista un poco bebido y acaba bailando la conga o diciéndole a la sobrina que "que mayor y que guapa" está.
Eso cuando no aparece el protagonista número 2 de las mejores bodas: El micrófono. Elemento que se incorpora tanto a la orquestilla como al Disc Jockey y que permite berrear mientras una canción suena. A medida que avanza la noche disminuye el número de personas necesarias para acercarse al micro (al principio tienen que convencer a 2 o más para atreverse a cantar algo, lo que lo hace inaudible) y también la locución, nefasta normalmente por culpa del alcohol y la falta de vergüenza.
6 comentarios:
Yo salgo en defensa de (algunos) de los supuestos DJs... vale que normalmente pinchan con el culo (doy fe, me dedico a montar bodas cada tanto :P), pero muchas veces, el repertorio va obligado por los asistentes, que a la que el DJ se ralla un poco, ya le asaltan para que ponga la de Bulería esa o la que toque...
A mi, lo que más me gusta de las bodas, más que el convite en sí, es el pica pica previo (y que no falten los huevos de codorniz! :))
Un saludo!
Jamfris
www.aglarond.net
Ah, yo como moe casé por el rito Zen... ya pondré una foto en el blog un día de estos.
Y de los músicos... qué te voy a contar. He tocado en bodas (de verdad y de playback. que es lo peor) y he hecho muuuucha tuna. La cosa está muy malita.
Oh! La tuna!! Ese es OTRO tema que habrá que tratar... junto al de los Boy Scouts, claro.
Y bueno, que no quería yo ofender a los discjokeys ni músicos de boda en general. Pero vamos, que la "base" está mu mal...
Y sí, es cierto que muchas veces el "repertorio" casi que es exigido...
Veis? Yo si algún día me caso es algo en lo que incidiré mucho, cual freaky como los de Alta Fidelidad, seguro.
Para mi la combinación perfecta sería la de música de Jazz y Crooners en el banquete y una cuidada selección en la fiesta posterior. Claro que no sé que pinto yo hablando de bodas... ARG!
Gracias por leer el blog!
Gracias por escribirlo.
Y la tuna ¡¡Mola!! (por lo menos la mía, el resto, no)
Uhmmmmmm ¿tocaron "Paquito el chocolatero"? es que si no tocan "Paquito el chocolatero" creo que la ceremonia no se inscribe en el registro civil y viven amancebados y en pecado toda la vida, y los hijos son bastardos y eso (ah, y si se separan o enviudan no tienen derecho a pensión compensatoria)
Sí sí, gracias a Dios tocaron "Paquito el Chocolatero".
Lo peor es que, como valenciano, sumo al hastío que me produce oirla en las bodas la vergüenza de ver COMO la bailan, imitando "filaes" moras.
En fins....
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