He ido de rebajas.
O algo así. Porque
no ha sido queriendo. O por lo menos, no ha querido ser queriendo.
Todo empezó este fin de semana absurdo que he tenido, cuando el sábado decidí aprovechar el día y bajar a la calle a comprar algo de ropa así de diario, que ya me venía haciendo falta. Así que me puse el uniforme de ir por ahí y salí de casa dispuesto a visitar las tiendas del barrio. Tiendas muy peculiares puesto que
vivo en el centro de Madrid, así que vamos, son las tiendas de inditex más otras alrededor.
De entre ellas, suelo visitar a comprar tonterías H&M y cuando no quiero andar, el Lefties de Zara (por si encuentro chollete) y Pull and Bear (por comodidad de estilo). Y ahora diréis... yo que sé que diréis, me da igual. Si para lo que compro, pues con esas me vale. Luego ya está el tema "camisetas" (mi prenda fetiche) que las compro en otros lados, pero vamos, chaquetas, sueters y alguna cosilla, con estas me suele bastar.
Total, que bajé como decía a la calle cuando...
me topé con la realidad: Vivo de espaldas al mundo. Y mis espaldas son anchas, porque vamos, ni me habia enterado de que
¡son rebajas! Y yo que narices sabía. Resumen: La calle petada de gente. Las tiendas petadas de gente. La gente petando mi paciencia. Horror. Neurosis. Agobio. ¡Argh!. Huí.
Si ya de por si comprar ropa no me gusta en absoluto, comprarla rodeado de mil personas por metro cuadrado, mucho menos. Un desastre, un desastre... Encima ¡qué gente! Gente de rebajas sábado a mediodia, podéis imaginar. En el lefties la cola daba 3 vueltas, cual David Meca cruzando estrechos, pero esta vez de verdad. Miedo.
Conclusiones:
- - La gente va de rebajas... ¡al Lefties! (Que se supone que son restos de temporada y ropa con taras, mucho más barata). Da que pensar.
- - Las cajeras del lefties... ¿las pillan en entrevistas lefties? Igual son las de esta tienda en concreto, vaya.
- - No sirvo para comprar ropa: No se combinar, no se qué podría ir con qué. Desastroso.
- - He llegado a la conclusión de que la tienda ideal para un tío sería esa en la que TODA la ropa estuviera expuesta con maniquies. Es la única forma que tenemos de saber qué narices es esa prenda y como queda puesta.
- - Si alguien viene y me pregunta "¿buscaba algo?" huyo. Aunque buscara algo.
- - Me da muchísimo apuro mirar una camiseta/jersey/loquesea y luego dejarlo como si nada tirado. Siempre doblo las cosas como estaban. A veces me siento pardillo y poco profesional de las rebajas.
- - En los outlet, lefties y leches así siento la presión de no saber si lo que tengo delante es un horror espantoso o una ganga extraña. A veces pienso que necesitaría un personal shopper para ir de rebajas y de outlets. Toma-ya.
Al final ese día no compré nada (huí horrorizado) y el lunes, tranquilamente, aparecí de sopetón en una de esas tiendas y casi sin gente alrededor me hice con seis prendas ¡ja! Y en menos tiempo del que tardaron en cobrarme (va y se fastidia la maquinita, eso sí).
Y tras todo este petardeo, perdonenme. Mañana tengo entrega de guión y me dejo llevar por estas tonterías.
.