El otro día despidieron a un colega.
Ya he hablado de él en el blog, aunque no directamente. Aquel post con el que dejé el blog abandonado casi un año, le tenía de co-protagonista junto al barrio de San Blas.
Es Quique, Quique Jiménez, aunque todos le conocían en la tele como "
Torito" o "el tipo ese impresentable que va haciendo el anormal por la tele", que venía a ser cómo se le refería la mayoría de gente. Esa que después daba a su sección casi 30% de audiencia.
Y bueno, lo han echado de la tele por hacer el trabajo que le pedían. El problema es que un señor denunció que, esta vez, este programa ya era demasiado para él. Y al parecer, con esta crítica en un blog de un diario en su edición digital, la directiva de Tele 5 se reune y el colega cae. Y ya está. Y nos lo tenemos que creer.
En el vídeo que causó la polémica, Quique simulaba recibir una "lluvia dorada". No voy a entrar a definir el término, pero seguramente muchos lo conoceréis. Es más, igual al poner esta frase ya voy a recibir varias visitas de internautas despistados.
La clave es que este vídeo no llega a emisión así, bravamente, sin pasar ningún control. Este vídeo llega tras la revisión de un equipo de dirección del programa. Llega tras realizar un reportaje que ya se ha "vendido" a dirección en cuanto a su contenido. Y llega después de una edición y supervisión como debe tener cualquier vídeo del programa. Y digo debe porque no sé si esto ha ocurrido en este caso particular, pero si ocurrió, al culpable lo tengo claro y si no ocurrió, también (por omisión).
Pero el que cae es el peón. El que da la cara. El de abajo. Y el resto, pues ustedes disimulen...
Eso sí,
Tele 5 lucha por nuestra dignidad y ha extirpado el cancer. Gracias
Tele5. Una pena que decidieras hace unas semanas que ese cancer, en vez de una vez a la semana, apareciera dos. Una pena que ese cancer pseudo-pornográfico te reportara las mayores audiencias del programa en su último año y te arreglara la media del día. Y una pena que ese cancer lo tengas por toda la parrilla disfrazado de Belenes Estébanes y Kikos Hernández, pero con una pornografía no-sexual que al parecer, sí es tolerable.
Así está la tele, señores. Aunque ya lo sabíamos, ¿verdad?.